Hace poco, vi en facebook una frase que me gustó y que seguramente habremos pensado todos alguna vez.

Dice así: "Si quieres entrar en mi vida, entra. Si quieres salir de mi vida, sal. Pero no te quedes en la puerta porque estorbas".

En la vida conocemos personas y personajes. La gran mayoría son personajes que engrosan la variopinta lista que todos tenemos, si hacemos repaso de lo que nos vamos tropezando por la vida.

Hay personas, personas que son personajes para ciertas cosas y luego están los personajes. Hablemos del segundo caso. Porque del primero y del segundo es más fácil identificarlo.

Quisiera hablar de ese tipo de personas que te muestran ciertas cosas que te llegan a convencer. Que te convencen de que es así como te lo muestran. Ojo, que también tiene sus cosas buenas, por eso digo lo de "personas pero que son personajes para ciertas cosas". Pero como si de un personaje de una obra de teatro o película, te acaban mostrándote una máscara que tienen.

Se ponen la máscara, y te muestran lo que quieres ver, lo que ellos quieren mostrar para convencerte. Pero, no somos tontos. Con el tiempo, (puede pasar poco o mucho tiempo) nos damos cuenta de lo que hay detrás. Y eso no nos gusta nada. Ni el llevar una máscara ni lo que muestran si se la quitan, o cuando se les cae.

Con esto quiero decir, que hay que ser persona al 100%, dejarse de mentiras y tonterías. Mucho hablar, mucho pregonar, pero luego cuando llega la verdad, no demuestran aquello que dicen.
¿Será por cobardía? ¿Debilidad? ¿Hipocresía consigo mismo?

En mi opinión, es muy triste ser así....y patético. Por todo ello desde aquí les digo a esas personas, la frase que titula este post.

Si una persona lo único que hace es perjudicarnos, mejor que vaya saliendo y que cierre la puerta. Que no deje ni rastro. Porque ¿para qué perder más tiempo? A veces es inevitable perder cierto tiempo con algunas personas así. Pero si puede ser, cortemos de inmediato ese vínculo y no perdamos más tiempo. Nos tienen que dar igual las personas así, en el sentido de que, si se van de nuestras vidas, pues ¡que les den!
Y que nos de igual, que nos sean indiferentes. Qué triste es, que esas personas, sólo dejen indiferencia en los demás. Porque no tienen poder de marcar, sólo de ser insignificante para los demás. Cada uno tiene lo que se merece, y muchos se merecen la indiferencia que tienen los demás hacia ellos.

El tiempo es muy valioso y hay que emplearlo en la gente que nos aporta verdadero bien. No hay que permitir que nadie nos maree, que nos tomen por el pito del sereno, porque queriendo o sin querer, se ríen de los demás. Y eso no hay que tolerarlo.

Si una persona es tal cual se muestra desde el principio y te demuestra las palabras que de su boca salen, bien. Pero si pasa lo contrario... querido amig@, vaya abriendo la puerta de su vida, para darle una patada en el culo a esa persona. Asegúrate de que si no cierra esa persona, que cierres tú la puerta y así no pueda volver a entrar.

Ya somos mayorcitos, dejémonos de gilipolleces y demostremos valor ante las cosas. Plantemos cara a esas personas llena de cobardía, porque otra cosa no, pero cobardía, tienen para dar y regalar.