Todos o casi todos tenemos a alguien por el que hemos dado todo. A veces, hay malentendidos y a pesar de ello, sigue intacta esa amistad.

Pero a veces se llega a un punto de cansancio. Cansancio de tener malentendidos. Se pasa de tener una amistad cariñosa a una amistad tensa.

Nosotros por nuestra parte, también nos equivocamos, pero cuando la relación se tensa cada dos por tres, es momento de hacer punto y aparte.

Momento de darle la vuelta. Cuando se da todo por algo o alguien, se corren riesgos. A veces más grandes y otras, más pequeños.

Cuanta más intensa sea la relación en las buenas, más lo será en las malas. Aunque claro, yo hablo desde mi experiencia.

Voy a aprender a hacer algo que hacía tiempo que no realizaba. Voy a darle una vuelta a la situación.

Ya no daré tanto por nadie. Ya no daré todo. Porque cuanto más "tanto" y más "todo", más se pierde. Es así. Así es la vida. Así son la mayoría de relaciones de amistad.

Por mi parte, ya no iré a hablarle a cierta persona. Ya no me sale hacerlo. Ya no me molestaré más.
Cada quien por su lado.

No pasa nada si se enfrían las cosas, a veces es mejor así, pues no merece la pena dar todo.

Se acabó esa mejor amistad. Porque llega un momento en el que una ya se cansa de tonterías. Así que cada quien con su vida y todos tan contentos.

Hay que molestarse lo justo y a veces nada. Como yo digo; en esta vida, a veces hay que ser egoísta.

Comencé siendo una niña cargada de timidez e inseguridad. Dos lastres que no vienen nada bien para las personas en esta sociedad.

No sé como empezar ni como terminar estas palabras. No sé si decirlo todo o no decir nada. Es difícil.