Mi mente lleva semanas y semanas pensando,

sin rumbo alguno e influenciada por las ganas y la ilusión.

A veces desfallece y otras, vuelve a resurgir.

Hay algo dentro de mí, que se mueve y se engrandece.

Hay algo que me dice que será real.

Eso que anhelo, lo visualizo y siento que pasará en el futuro.

Será dentro de poco o no tan poco tiempo, 

pero la fe revolotea en mi interior y se enciende

como una luz natural.

Hay algo que me dice que sí, que sucederá.

Pero sigo tergiversando y formando una maraña de pensamientos.

Aunque ahora, me acompaña la paciencia y la tranquilidad.

Tan sólo hay que esperar y ver lo que pasará.

Me dejaré llevar por el destino y su divinidad.

Confío en el camino que se va a formar a partir de ahora.

Confío en la vida, al menos esta vez.